martes, febrero 15, 2005

(Revisar desde el archivo de "Julio 2004")

La Canción de Amor. Autor: Pablo Nachón Neruda

Se hunde tu olvido del día en que estoy.
El tío anuda su corbata obstinada

Acompañado como los muelles en el auto.
Es la hora de volver, Oh acompañado!

Sobre mi hígado llueven frías cervezas
Oh cantina de escombros, feliz cueva de beodos!

En ti se acumularon las nenas y los guapos
De ti plegaron las alas los borrachos del canto.

Todo te lo chupaste, como la cercanía
Como el mar, como el miembro. Todo en ti fue
Alcoholismo!

Era la triste hora del asalto y el pecho
La hora del estrujar que dolía como un palo.

Ansiedad de pirata, furia de tufo ciego,
Turbia sobriedad de odio, todo en ti fue
Alcoholismo!

En la infancia de luna llena mi alma alocada y compungida.
Perdido descubriste, todo en ti fue un plagio!

Te asomaste al placer, te soltaste al deseo
Te alzo la pereza, todo en ti fue un plagio!

Hice levantar la muralla del sol
Anduve mas allá del peso y del tacto.

Oh carne ,carne mía, mujer que odie y halle
A ti en esta hora seca, invoco y guardo silencio.

Como un vaso rompiste la finura premura,
Y lo finito del recuerdo te bozo como a un vaso.

Era la negra, la negra compañía de las riñas
Y allí, mujer de odio me empujaron a tus brazos.

Era la red y el hastío, y fuiste la puta.
Era el duelo y la muina y tu fuiste la ambición.

Ah mujer. No se como pudiste soltarme
En el mar de tu alma, y en la cruz de tus falos!

Mi deseo de ti fue mas amable y largo,
El mas recto y sombrío, y el mas laxo y relajado.

Cementerios de hierbas, aun hay hielo en tus tumbas,
Aun los vecinos arden picoteados de cánticos.

Oh la boca amada, Oh los trenzados miembros,
Oh los hastiados dientes, Oh los puercos trenzados.

Oh la loca santidad de esperanza y esfuerzo
En que nos separamos y tranquilizamos.

Y la amargura, ruda como el hielo y la cocaína
Y la palabra apenas tragada en los sabios.

Ése fue mi destino y en el plagio mi anhelo
Y en el subió mi anhelo, todo en mi fue un plagio!

Oh cantina de escombros, en ti todo subía,
Que placer no exprimiste, que botes no te salvaron.

De tumba en tumba aun te measte y cantaste
De pie como un cochino en la proa de un barco.

Aun moriste en cantos, aun luchaste en co-
rrientes.
Oh cantina de escombros, pomo abierto y amargo.

Pálido tufo ciego, aventurado “ondero”
Descubridor devaluado, todo en ti fue un plagio!

Es la hora de parir, la blanda y fría niña
Que la noche suelta a todo honorario.

El cinturón tranquilo del río ciñe la plasta.
Surgen frías estelas, emigran blancos pájaros.

Acompañado como los muelles de un auto.
Solo la sombra trepada se retuerce en mis árboles

Ah mas acá de todo. Ah mas acá de todo

Es la hora de parir. Oh acompañado!